¿Cuánto tarda en desaparecer la ciática y cómo aliviar el dolor?

dolor de espalda y ciática

Sentir un pinchazo en la zona lumbar, una corriente que baja por la pierna, dificultad para caminar o dormir… La ciática no solo duele: interrumpe la rutina, limita el movimiento y, en algunos casos, puede volverse un problema persistente si no se trata correctamente.

Por eso es tan importante comprender qué es exactamente la ciática, por qué aparece, cuánto suele durar y, sobre todo, cómo aliviar el dolor de la ciática o dolor ciático de forma segura y eficaz.

¿Te lo contamos? ¡Vamos a ello!

¿Qué es la ciática y por qué causa tanto dolor?

Sentir un dolor punzante que baja desde la zona lumbar hasta la pierna puede ser una experiencia incapacitante. Este tipo de molestia, que muchas personas describen como “una descarga eléctrica” o “un latigazo”, puede deberse a la afectación del nervio ciático (de ahí el nombre de “ciática”.

Pero… ¿qué la provoca exactamente y por qué puede llegar a doler tanto?

La ciática ocurre cuando algo está irritando o comprimiendo el nervio ciático. Entender cómo funciona este nervio y qué puede afectar su recorrido es clave para saber cómo aliviar el dolor de ciática de forma efectiva.

¿Qué es el nervio ciático y cómo se relaciona con el dolor?

¿Sabías que el nervio ciático es el más largo y grueso del cuerpo humano? Se origina en la parte baja de la columna vertebral, concretamente una serie de raíces nerviosas de la región lumbar y sacra, y recorre toda la pierna hasta llegar al pie.

Su función principal es transmitir impulsos tanto motores como sensoriales desde la columna hasta los músculos y la piel de las extremidades inferiores. Cuando este nervio se irrita, se produce lo que conocemos como ciática.

Principales causas de la ciática

Identificar la causa concreta es el primer paso para aplicar el tratamiento más adecuado. Algunas de las más comunes son:

  • Hernia discal lumbar: una de las causas más frecuentes. Cuando el disco intervertebral se desplaza o se rompe, puede ejercer presión sobre una raíz nerviosa y generar el dolor característico.
  • Estenosis del canal lumbar: se trata del estrechamiento del canal por el que pasan los nervios, que puede comprimir las raíces que posteriormente formarán el nervio ciático, provocando síntomas como hormigueo, debilidad o dolor irradiado, especialmente al caminar.
  • Espondilolistesis: cuando una vértebra se desliza sobre otra, puede afectar al nervio ciático si este desplazamiento genera suficiente estrechamiento del foramen (el lugar por donde las raíces abandonan el canal espinal).
  • Tumores espinales: aunque son causas mucho menos comunes, también pueden estar detrás de una ciática persistente si afectan a la estructura vertebral o a los nervios.
  • Síndrome piramidal:  el músculo piriforme, situado en la región glútea, puede contraerse o inflamarse y comprimir el nervio ciático a su paso por debajo de él, puedes ser más común en deportistas, corredores y personas con disfunciones posturales. Pese a esto, el síndrome piramidal es respondable del dolor ciático en menos del 5-10% de las ocasiones.

Factores que pueden empeorar el dolor de ciática

Además de las causas estructurales, existen factores que pueden intensificar el dolor o dificultar su recuperación:

  • Sedentarismo prolongado: pasar muchas horas sentado, especialmente en posturas poco ergonómicas, puede agravar la presión sobre el nervio ciático.
  • Movimientos bruscos o malas posturas: cargar peso de forma incorrecta o adoptar posturas forzadas puede desencadenar un episodio de ciática o empeorar uno ya existente.
  • Estrés y tensión muscular: el estrés crónico puede generar rigidez muscular, especialmente en la zona lumbar, lo que puede causar o empeorar los síntomas.
  • Sobrepeso: el exceso de peso corporal ejerce una mayor presión sobre la columna vertebral y, por tanto, puede favorecer la aparición de dolor ciático.

Diferencias entre ciática y dolor lumbar

Es muy probable que en alguna ocasión hayas confundido las explicaciones sobre dolor lumbar con la ciática.  Por eso es importante conocer las diferencias: 

El dolor lumbar se localiza en la parte baja de la espalda y suele estar relacionado con afectación articular, malas posturas y contracturas musculares reflejas. En cambio, la ciática aparece cuando el nervio ciático se comprime o irrita, y el dolor se irradia desde la zona lumbar hacia el glúteo, la pierna e incluso el pie.

Además del recorrido del dolor, la ciática puede incluir otros síntomas como hormigueo, debilidad muscular o sensación de quemazón en la pierna afectada.

Ambos síntomas pueden solaparse y tener una lumbociática.

¿Cuánto tarda en desaparecer la ciática?

Cuando aparece el dolor ciático, una de las primeras preguntas que se hace cualquier paciente es: ¿cuánto tiempo voy a estar así?

La buena noticia es que, en muchos casos, el dolor se resuelve en unas 4-6 semanas. Pero hay situaciones en las que se alarga más de la cuenta. Saber cuánto puede durar un episodio de ciática y cuándo conviene buscar ayuda profesional es clave para evitar complicaciones y aliviar el dolor de forma segura.

Duración habitual de un episodio de ciática

En la mayoría de los casos, la ciática desaparece en un plazo de entre 4 y 6 semanas con un tratamiento conservador y medidas adecuadas de descanso, ejercicio rehabilitador supervisado y analgesia. Es lo que llamamos una ciática aguda, y aunque puede ser muy dolorosa al inicio, tiende a remitir poco a poco.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que cada cuerpo y situación clínica es diferentes y la evolución dependerá de diversos factores.

Diferencia entre ciática aguda y ciática crónica

  • La ciática aguda aparece de forma repentina, suele estar asociada a un desencadenante concreto (esfuerzo físico o cambio postural brusco) y mejora en pocas semanas.
  • La ciática crónica, en cambio, se prolonga durante más de 12 semanas. En estos casos, el dolor puede ir y venir de manera fluctuante, incluso desaparecer por algunos periodos de tiempo. También puede mantenerse de forma continua.

Cuando la ciática se vuelve crónica, ya no se trata solo de aliviar el dolor, sino de entender qué lo está provocando y cómo tratarlo desde su origen.

¿Cuándo es necesario acudir a un especialista?

Hay señales que no conviene ignorar:

  • Si el dolor persiste más de lo esperado
  • Si el dolor se intensifica
  • Si se sienten síntomas como debilidad en la pierna, pérdida de sensibilidad o dificultades para controlar esfínteres

En estos momentos, lo más recomendable es consultar con un especialista en cirugía de columna.

Un diagnóstico preciso puede marcar la diferencia entre seguir arrastrando el dolor o empezar un tratamiento que realmente funcione. En muchos casos, saber cómo aliviar el dolor de ciática empieza por tener claridad sobre lo que lo está causando.

Cómo aliviar el dolor de ciática 

Cuando la ciática aparece, no solo duele el cuerpo. También se resiente la rutina, el descanso y hasta el ánimo. Por eso, más allá del diagnóstico, lo que muchas personas buscan es una respuesta clara: ¿qué puedo hacer para sentirme mejor?

La buena noticia es que existen distintas formas de aliviar el dolor de ciática. Algunas pueden ayudarte desde casa, otras requieren la valoración de un especialista, pero todas tienen un objetivo común: devolverte la movilidad, el descanso y la tranquilidad.

Ejercicios recomendados para aliviar el dolor

Aunque lo primero que suele apetecer es quedarse en reposo, lo cierto es que el movimiento controlado es una de las mejores herramientas para mejorar la ciática.

  • Estiramientos suaves de la zona lumbar y glútea, como el estiramiento del piriforme, ayudan a reducir la presión sobre el nervio.
  • Ejercicios de movilidad pélvica y fortalecimiento abdominal (como los ejercicios de puente o las basculaciones de pelvis) contribuyen a estabilizar la zona lumbar y reducir el dolor a largo plazo.
  • La actividad física moderada, como caminar a ritmo suave o nadar, también puede ser muy beneficiosa siempre que no provoque molestias.

Eso sí: cada cuerpo es distinto. Lo ideal es contar con la orientación de un profesional que te indique qué tipo de ejercicios son adecuados según tu caso.

Tratamientos médicos y fisioterapéuticos más efectivos

Cuando el dolor es intenso o no mejora con medidas básicas, conviene valorar otras opciones. En consulta, los tratamientos más habituales que se prescriben para aliviar la ciática incluyen:

  • Fármacos antiinflamatorios o analgésicos vía oral, que ayudan a controlar el dolor en las fases más agudas.
  • Infiltraciones con corticoides, en casos más rebeldes, para reducir la inflamación directamente en la zona afectada.
  • Tratamiento fisioterapéutico personalizado, centrado en mejorar la movilidad, relajar la musculatura y reeducar la postura.
  • En casos muy concretos y persistentes, puede valorarse un tratamiento quirúrgico, siempre como última opción después de agotar el manejo conservador si no existen signos de alarma y, desde luego, tras una evaluación exhaustiva.

Remedios caseros que pueden ayudar

Aunque no sustituyen a un tratamiento profesional, hay medidas sencillas que pueden ayudarte a sentirte mejor en casa, como aplicar calor local (como una manta eléctrica o bolsa de semillas), descansar en una postura adecuada, con las piernas elevadas o sobre un cojín, o evitar estar muchas horas en la misma posición y alternar movimiento y descanso, aunque sea con pequeños paseos por casa.

Prevención de futuros episodios de Ciática

Cuando el dolor empieza a remitir, es fácil relajarse y pensar que todo ha pasado. Pero la realidad es que muchas recaídas se producen precisamente en esa fase: cuando la mejoría llega, pero no se ha corregido lo que lo provocó.

La buena noticia es que prevenir un nuevo episodio de ciática es posible si incorporamos algunos cambios clave en el día a día.

Cómo fortalecer la espalda para evitar recaídas de ciática

Una espalda estable y fuerte es una gran aliada frente a la ciática. No hace falta hacer grandes esfuerzos ni acudir al gimnasio todos los días. A veces, basta con incluir ejercicios específicos para fortalecer la zona lumbar, los glúteos y el abdomen, ya que estos músculos actúan como soporte natural de la columna.

Además de los clásicos ejercicios de core, disciplinas como el pilates terapéutico o los ejercicios hipopresivos pueden ser muy eficaces si se hacen con una buena supervisión.

Hábitos posturales que ayudan a reducir el riesgo

Las posturas que adoptamos sin darnos cuenta —al estar sentados, al cargar peso, al dormir— pueden favorecer tensiones que acaben afectando al nervio ciático. Corregir estos hábitos es uno de los pasos más efectivos para prevenir el dolor.

recomendaciones posturales para la columna

Sentarse con la espalda bien apoyada, evitar girar el tronco al levantar objetos o dormir de lado con una almohada entre las piernas son gestos sencillos que, mantenidos en el tiempo, reducen la sobrecarga lumbar. A veces, incluso pequeños ajustes en el entorno de trabajo o en la forma de caminar pueden tener un impacto notable.

Importancia del ejercicio y la actividad física

El cuerpo necesita moverse. Y si hablamos de ciática, esto cobra aún más sentido. La actividad física regular no solo mejora el tono muscular y la flexibilidad, sino que también ayuda a reducir el estrés, mejorar el descanso y favorecer una mejor conciencia corporal.

Caminar, nadar, hacer yoga o simplemente mantenerse activo durante el día (subir escaleras, evitar estar muchas horas sentado…) son formas eficaces de cuidar la espalda. Lo importante no es hacer mucho, sino hacerlo bien. Y, sobre todo, no esperar a que el dolor vuelva para empezar a actuar.

Preguntas frecuentes sobre la ciática

Cuando aparece la ciática, surgen muchas dudas. Tener información clara y rigurosa es el primer paso para tomar buenas decisiones:

¿El dolor de ciática puede desaparecer solo?

Sí, en muchos casos la ciática se resuelve por sí sola en pocas semanas. Sin embargo, si el dolor no mejora con el paso de los días, se intensifica, o viene acompañado de otros síntomas de alarma como debilidad en la pierna, pérdida de sensibilidad o dificultad para controlar esfínteres, lo más adecuado es consultar con un especialista para evitar complicaciones y recibir el tratamiento más adecuado.

¿Es bueno caminar cuando se tiene ciática?

En general, sí. Caminar a ritmo suave, sin forzar, puede ser muy beneficioso para aliviar el dolor de ciática. El movimiento favorece la circulación, ayuda a reducir la rigidez y mantiene activos los músculos que protegen la columna. Eso sí, es importante escuchar al cuerpo: si caminar genera más dolor o incomodidad, conviene parar y consultar con un profesional para valorar si el ejercicio está siendo adecuado.

¿Qué posturas empeoran el dolor de ciática?

Estar sentado en sillas sin buen respaldo, encorvarse hacia adelante, cruzar las piernas o dormir boca abajo suelen ser posturas poco recomendables cuando hay un episodio activo de ciática.

Adoptar posturas que descarguen la zona baja de la espalda y alternar periodos de actividad y descanso puede ayudar a aliviar el dolor y acelerar la recuperación.

En el equipo de Neurocirugía Dr. Diamantopoulos llevamos más de 25 años tratando casos complejos de dolor ciático y patologías degenerativas y tumorales de columna. Nuestra experiencia, junto al respaldo de HM Hospitales y un enfoque integral centrado en el paciente, nos permite ofrecer soluciones seguras, eficaces y adaptadas a cada caso.

¿Tienes dudas sobre tu diagnóstico o tratamiento? Solicita una segunda opinión con nosotros y toma decisiones informadas, con la tranquilidad de estar en buenas manos.

Dr. Alberto Acitores

Especialista en Neurocirugía y completé mi formación en el Hospital Universitario Ramón y Cajal en Madrid. Durante mi residencia, tuve la oportunidad de ampliar mis conocimientos en neurocirugía pediátrica en el Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla) y realizar una estancia en Wisconsin (EE.UU.), donde trabajé junto al Dr. Mustafa K. Baskaya en su laboratorio de microcirugía vascular y base de cráneo.

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